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Visita de aquellas casas que puedo comprar: “mis seleccionadas”

Abre bien los ojos. La descripción y el precio te han llevado a verla pero ahora, es momento de comprobar: entorno, calle, edificio y portal, vecinos... hasta aquí, antes de entrar en la casa. Una vez dentro: sensación de amplitud, luminosidad, distribución, conservación (ojo con las humedades), posibilidades del espacio, reformas realizadas (a veces es peor una mala reforma que el estado original), tamaño de los dormitorios, cocina, baños, puertas (dicen mucho de la calidad y antigüedad de la casa).

Allí mismo y al dueño o la inmobiliaria: dudas. Es el momento idóneo para despejarlas: dudas sobre comunidad, antigüedad, impuestos... no te dejes nada en el tintero. Es posible que nunca vuelvas a esa casa.

Lo mejor es hacerte un listado antes de las visitas con todos los detalles en los que quieres fijarte y la información que deseas conocer para que no se te pase nada por alto.

[DÍA 9]